El guardián del culto de Los siete vampiros de oro viaja desde China hasta Transilvania para pedir ayuda al Conde Drácula, que adopta la apariencia de un oriental y se traslada a China. Algunos años después, en una universidad china, el profesor Van Helsing pronuncia una conferencia en la que defiende la existencia de los vampiros ante las bromas inmisericordes de los alumnos. Pero no de todos. En el auditorio hay un joven, Hsi Ching, que procede de Ping Kwei, aldea que es periódicamente asolada por una secta de vampiros, la de los siete vampiros de oro. El joven convencerá a Van Helsing para organizar una expedición para aniquilar a los vampiros y salvar al poblado de tan terrible maldición. La expedición, financiada por una viuda rica, estará integrada por el joven estudiante y sus hermanos, todos ellos expertos en artes marciales.
Frank, un hombre al que le apasionan las peleas de gallos, recorre con sus animales el sur de los Estados Unidos para participar en esta clase de competiciones. Es un mundo duro en el que muchos hombres preparan sus gallos para matar mientras que otros buscan recuperar el honor perdido.
A comienzos del siglo XX, Sir Anthony Ross, un hombre adinerado de Londres, organiza una expedición rumbo al Ártico con la esperanza de encontrar a su hijo desaparecido, pero lo que encuentra es un reino vikingo..
En un pueblo del Oeste, el sheriff (Jack Warden) recibe la orden de localizar y capturar a dos fugitivos por su participación en el atraco a un banco: son Arche Deans (Gregory Peck) y un mestizo apodado “Billy dos sombreros”. Hay una recompensa de 100 dólares para quien los capture vivos o muertos.
Harry Caul, un detective de reconocido prestigio como especialista en vigilancia y sistemas de seguridad, es contratado por un magnate para investigar a su joven esposa, que mantiene una relación con uno de sus empleados. La misión, para un experto de su categoría, resulta a primera vista inexplicable, ya que la pareja no ofrece ningún interés alguno. Sin embargo, cuando Harry da por finalizado su trabajo, advierte que algo extraño se oculta tras la banalidad del caso, ya que su cliente se niega a identificarse, utilizando siempre intermediarios.