Adaptación de la novela homónima de Julio Verne. En 1870, debido a los relatos de marineros que aseguran haber visto un monstruo marino al sur del Pacífico, los Estados Unidos fletan un buque de guerra para destruir a la bestia que altera la tranquilidad de los mares. Pero, cuando el monstruo los ataca, de nada sirve todo su poderío bélico para evitar el desastre. Tras el hundimiento del buque, los tripulantes son rescatados por el propio "monstruo", que resulta ser un buque capaz de sumergirse en el mar, algo inédito hasta entonces.
Una expedición rutinaria al Polo Norte se convierte repentinamente en una trepidante carrera por salvar a toda la humanidad cuando un cinturón de radiación en el espacio convierte la Tierra en un verdadero infierno. El almirante Nelson y la tripulación del submarino atómico Seaview lucharán contra saboteadores, enormes criaturas marinas y ataques de submarinos enemigos, mientras intentan prevenir una catástrofe mundial...
Guerra Fría. A bordo del Bedford, un barco americano al servicio de la OTAN, además de la tripulación, viajan un periodista y un ex oficial nazi de la marina. El capitán Eric Finlander (Richard Widmark), para poner a prueba a sus hombres, decide perseguir a un submarino ruso. Pero Finlander es un neurótico que acaba desquiciando a la tripulación. La irritación de Ben Munceford (Poitier), el fotógrafo de prensa, llega al límite al comprobar que el capitán está obsesionado por hacer salir al submarino a la superficie.
Un holocausto nuclear ha aniquilado casi por completo a los seres humanos, excepto a un grupo de personas que viven en Australia. Dwight Towers (Gregory Peck) es el comandante de un submarino cuya misión consiste en buscar a los supervivientes. Mientras tanto, la nube radioactiva que ya ha destruido el hemisferio norte, se va acercando al último enclave humano.
En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, la flota alemana está causándole a los Aliados un gran número de bajas. Los submarinos de Hitler hunden cientos de barcos gracias a un sistema de comunicaciones llamado "enigma", que permite establecer con extraordinaria exactitud la posición de los objetivos que hay que destruir. Un capitán norteamericano ha conseguido, sin embargo, detectar que las señales del codificador "enigma" proceden de un submarino alemán averiado, el U-571, que se encuentra en mitad del Atlántico Norte. Rápidamente, un grupo de oficiales aliados que se hacen pasar por alemanes, son enviados para reducir a la tripulación del U-571 y apoderarse del codificador con el fin de interceptar las comunicaciones alemanas.